¿Sabías que en una chacra, si está bien organizada, las hortalizas se cuidan entre sí? No necesitás pesticidas ni grandes inversiones o trabajo manual, sobre todo si lo compartimos.
Denominamos chacra a un modelo de producción donde los cultivos no crecen aislados, sino que se encuentran ‘asociados’ a diferentes tipos de plantas, tales como maíz, zapallo y poroto. Además, es el modelo orgánico más simple, debido a que no necesariamente se requiere de tierra preparada, trabajo tecnificado o recursos costosos. Además, ¡es de rápido sembrado!
Solo se necesita capacidad de organización para combinar la ubicación de las hortalizas para producir más y mejor, rotándolas para conseguir mayor fertilidad de la tierra y que entre ellas puedan servir de abono para la temporada siguiente.
El secreto es el aprovechamiento de esfuerzos.
Una adecuada rotación y asociación de las hortalizas va preparando las condiciones para que llegue el siguiente:
- Rotación: se puede alternar maíz en verano y habas y arvejas en invierno para aumentar la fertilidad.
- Secuencia: por temporada no se repite las hortalizas ubicadas en el mismo lugar. Es decir, que en el verano siguiente no repetimos la siembra de maíz en la misma ubicación, sino que donde hubo maíz, se reemplazará por habas, luego calabaza, luego arvejas y así sucesivamente, formando una secuencia.
- Asociación de hortalizas: para potenciarlos, podemos asociar el maíz con el poroto, para que uno complemente al otro, ya que el nitrógeno del poroto beneficia al maíz ayudando a su crecimiento. El zapallo se nutre de la materia semidescompuesta que dejaron los rastrojos de cosechas anteriores y, por su crecimiento horizontal, este cubre el suelo ayudando a controlar las malezas. Por otro lado, el poroto recibe la ayuda de la caña de maíz, ya que se apoya sobre ella para poder crecer.
Como se puede ver, el rendimiento de las hortalizas bien organizadas es superior a una que se administran de forma separada, generando un pequeño sistema que trae grandes beneficios.
